Los telescopios MAGIC de la isla de la Palma han detectado
que el pulsar de la Nebulosa del Cangrejo (M1) emite energía entre 50 y 100
veces más intensa de lo que predicen las teorías.
La Nebulosa del Cangrejo (también conocida como M1 o, NGC
1952, Taurus A y Taurus X-1) es un resto de la explosión de una supernova observada
en el año 1054 (SN 1054). La estrella de
neutrones que alberga la Nebulosa del Cangrejo es uno de los púlsares más
famosos. El pulsar rota alrededor de su eje 30 veces por segundo y tiene un
campo magnético de 100 millones de teslas (este campo magnético es un billón de
veces más intenso que el de nuestro planeta). El púlsar, que está a 6000
años-luz de la Tierra, en la constelación de Tauro, es el motor o corazón de esta,
que bulle de energía.
Los telescopios MAGIC en la isla canaria de La Palma lo han
confirmado tras detectarlo en rayos gamma de 25 a 400 gigaelectronvoltios (GeV)
una banda de energías que estaba prácticamente inexplorada hasta la fecha.
Ahora MAGIC se ha encontrado con que las señales que emite esta estrella llegan
hasta energías tan altas como 400 GeV, entre 50 y 100 veces más de lo que
predice la teoría. Esto ha dejado perplejos a los científicos, porque podría
apuntar a un proceso astrofísico aún desconocido.
Las estrellas de neutrones son objetos extraordinariamente
densos con masas similares a las del Sol, pero con solo unos 10 kilómetros de
diámetro. El periodo de rotación de un púlsar es extremadamente rápido y
estable: un “día” en un púlsar puede durar entre 1 milisegundo y varios
segundos. Mientras rota, la estrella de neutrones genera continuamente partículas
cargadas, sobre todo electrones y positrones (electrones con carga positiva).
Estas partículas viajan a lo largo de las líneas de campo magnético, que a su
vez rotan a la misma velocidad que el púlsar. Las partículas producen un haz
muy estrecho de radiación en gran parte del espectro electromagnético, desde
ondas de radio hasta rayos gamma. Cuando este haz cruza la Tierra durante un
breve instante, vemos un destello de radiación, similar a ver la luz del faro
de un puerto desde la distancia. Por eso lo llamamos un púlsar.
Emisión pulsada medida por los dos telescopios MAGIC (gráfico de S. Klepser y MAGIC) |
Los datos que ha obtenido MAGIC durante los últimos dos
años, y que se han publicado el pasado 6 de abril en la revista Astronomy
& Astrophysics, muestran la presencia de emisión pulsada hasta energías de
400 GeV, en pulsos muy cortos (de menos de medio milisegundo), algo que supera
todas las expectativas teóricas (las teorías de púlsares predecían
energías máximas mucho más bajas) lo que supone un reto a la teoría actual
sobre pulsares, dado que ninguno de los modelos puede explicar ni unas energías
tan extremas, ni unos pulsos tan cortos. Los astrofísicos esperan que
observaciones futuras arrojen luz sobre este nuevo fenómeno. Esto nos ayudaría
a comprender mejor esta clase de objetos astronómicos y, en particular, unos de
sus ejemplos más conocidos: el púlsar y la nebulosa del Cangrejo.
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